A lo largo de la Historia los carmonenses se vieron amenazados por numerosos asedios y ataques llevados a cabo por diferentes pueblos guerreros, invasores, y en alguna ocasión por traidores a su propia estirpe, desde el punto de vista de la acción bélica. Pero la beligerancia no siempre llegó por vía de las armas, sino que a veces, la Naturaleza puso en solfa a los habitantes de este milenario pueblo mediante su más temible ejército: el microscópico. Contra la primera hostilidad, la suerte de sus murallas aminoraron los efectos devastadores de la conquista, sin embargo la segunda, la invisible al ojo humano, dejó más víctimas que la anterior, desde el Calcolítico a la actualidad. Sin entrar en detalles de aula histórica si cabría recordar las epidemias del cólera y la gripe que hicieron estragos por esta plaza, cuya referencia palpable nos la recuerda en pinceladas y con acierto el blog «Banderías Mil…y una más» en recientes entregas.
En la lucha contra ambas fórmulas belicistas, siempre surgieron del pueblo grupos de hombres y mujeres dispuestos a hacer frente a ambas amenazas, con mayor o peor suerte. La última, en el pasado siglo con aquel aguerrido grupo de hombres que se enfrentaron en el Paseo y Puerta de Sevilla a los tropas golpistas que nos dejaron más de doscientos muertos en tres meses; y la actual, esa treintena de carmonenses que en plena alarma montan en sus tractores para hacer frente al temible coronavirus por calles y plazas de la ciudad, en defensa de sus paisanos. Hoy volvieron de nuevo al campo de batalla.
La nueva sección «tractorizada» de Carmona, cual caballería motorizada, nos deja perplejo ante la capacidad solidaria que de las clases populares surge sin necesidad de decretos u órdenes. Son estos tractoristas dignos de honores en este Matacán y El Grifo Información; guerreros disciplinados que aportan al bien común lo mejor de sí sin nada a cambio. Quizás cuando pasen semanas, meses o años, la memoria colectiva los haya olvidado. Para unos no pasará de anécdota y para otros una mera batallita. Lejos de la realidad, la treintena de estos soldados antivirus seguirán en muchos corazones agradecidos por dar el paso al frente con las armas de las que disponen en sus trabajos agrícolas y profesionales. No escribo sobre héroes, escribo sobre «buenagente».
No sabemos cuanto durará esta primera batalla contra el temible virus, pero si continua la necesidad de la acción decidida de las desinfecciones de las vías públicas, la milicia de voluntarios tractoristas de Carmona tienen que recibir, además de la palmadita de agradecimiento de las autoridades, los medios necesarios tanto para la efectividad de la actividad como para la protección personal y de seguridad. Y si no se disponen de medios, sí hay un millón doscientos mil euros de superávit municipal para adquirirlos. Y para que conste en acta histórica estos son sus nombres: Francisco Alcaide Núñez, Blas Caballo, Juan Carlos Imanca, Carlos Toledo Barrera, Francisco Fernández Fernández, Emilio Jiménez Piñero, Francisco Rodríguez Íñiguez, Enrique Benjumea Blanco, Manuel Martín Buiza, Jesús Martín Buiza, Juan Bosco Humanes, Juan Manuel Macías Fernández, José Pablo Gómez Guerrero, Francisco Javier Lora Martín, José Portillo Bascón, Jesús Martín Romero, Jesús Martín Íñiguez, Antonio Martín Buiza, David Falcón Ojeda, Manuel Huerta Fernández, Manuel Peña Pérez, Francisco Gómez Rodríguez, Teodomiro Macías García, Joaquín Riveras Recio, Ángel Escamilla Aparicio, Diego J. García, Juan Jesús Corzo, José María Pino Rodríguez, Miguel Ángel Romero Martín y Miguel García Cruces.
Tras un mes de concentraciones semanales en el Centro de Salud de Carmona, médicos y usuarios recorrerán mañana las calles de la ciudad para exigir solución ante el déficit de facultativos en la Atención Primaria, Pediatría y Urgencias. Ayer una caravana de vehículos anunció la movilización y convocó al vecindario.
La sala de exposiciones de los Bajos del Ayuntamiento recoge en estos días una muestra artesanal de pasos en miniatura realizados por Antonio Suárez "Ventura". Un total de treinta seis piezas dejan constancia de una afición de reminiscencia infantil con la que ofrece una visión suigéneris de la Semana Santa.
Finalizadas las obras de restauración en dos retablos de la iglesia prioral de Santa María, los protagonistas del proyecto: la parroquia, la Universidad de Sevilla, a través de docentes y alumnos, hacen un balance muy positivo del proyecto auspiciado por la Pastoral de Patrimonio de Santa María y San Bartolomé.
La actriz Ana Ropa, graduada en Interpretación en el Instituto del Teatro de Sevilla y licenciada en Comunicación Audiovisual, que dirige un curso en los Cursos de Verano de la UPO en Carmona sobre aprender a hablar en público, asegura que las emociones son fundamentales a la hora de transmitir un discurso
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