Voy camino de la zapatería/ a comprarme unas chanclas para mí. / Y me paro muy tranquilo a ver un escaparate / y se me pone al lado una vieja con un roete… ¿Se acuerda? Sí, hombre, hacia finales de los ochenta del pasado siglo. Recobre memoria. Era el conjunto “No me pises que llevo chanclas”, los que con su ritmo agropop (no confundir con Agroporc) pegaban el pelotazo con aquella canción de Pepe Begines y su grupo -por más señas, de ahí al lado- de Los Palacios y Villafranca (Sevilla). A la pregunta referente de la canción “Y tú de quién eres”, la respuesta era múltiple: De Marujita, de Josefita, de Miguelina, de Rafaela… gente cercana, de pueblo, donde la gran mayoría se conoce. Saben de dónde vienes y de quién eres.
Y no es por comparar una población con otra -a pesar de que los palaciegos o moñigueros superan hoy a los carmonenses en casi diez mil vecinos más- pero… quién lo iba a decir, Los Palacios y Villafranca, nacida por capricho de monterías de un rey (Pedro I el Cruel) con palacio monumental en Carmona (Alcázar de Arriba), superase en habitantes a la trimilenaria y monumental Lucero de Europa. De todas las maneras, contra menos gente, mejor se conocen los vecinos. Sin embargo, tengo mis dudas sobre si en Carmona se mantiene esa tradición, costumbre o rito de saber de dónde vienes y de quién eres.
Como experimento, le aseguro que la copla empieza con casi idénticos versos: Voy camino de la zapatería (la de “Veintiocho” recién cerrada) / a comprarme unos zapatos para mí (de ancho especial por lo de las plantillas) / Y me paro muy tranquilo a ver un escaparate (el de la hermana de “Veintiocho”, en San Francisco) / y se me pone al lado un viejo con un bastón… Yo no conozco a tu mare ni a tu padre/ Pero a tu tío sí, seguro que es familia mía. / Y me preguntaba otra vez. / Y tú, ¿de quién eres? De Francisquito/. Y tú, ¿de quién eres? De Curro, le dije yo al viejo. / Y tú, de quién eres? De Francisquito, otra vez lo estoy diciendo. / Y tú, ¿de quién eres? De Currito el panaero, / primo hermano de Francisquito…/
Parece que quedan pocos carmonenses que practican el contenido de la copla. Aunque lo cierto y verdad, la realidad sigue vigente, pero de manera subyacente, como el que no quiere la cosa. Así me lo comenta el viejo del bastón, que me esperó en la puerta de la zapatería. Y paseo arriba, paseo abajo, me cantó, no una sino las cuarenta en bastos del personal caminante:
Aquella es Josefita, hija de Bastián el albardonero; es modelo de pasarela con pedigrí. De casta le viene el aparejo. Detrás, Vicentito, hijo de Jesuli, el que fue aperaó de Las Adelfas; más facha que el señorito. Al lado, Tomasín, hijo de Tomasa la pescaera. Habla cuatro idiomas, como su madre en sus buenos tiempos, que le habló a medio pueblo y pescó un pez gordo. Ahora, el niño lleva vara presidencial en hermandades y como no ha trabajado nunca, prefiere las de gloria, donde está. En aquel velador, se junta medio parlamento: Luis, el Mascahaba, de profesión desconocida, pero con cartilla agrícola, primo de Paquito, el Grandullón, correó de lo que se encarte y pelota de banqueros; Angelito el de Cristobalina, que canta como un ángel cuando se calienta la reunión y sale por peteneras a la hora de pagar la cuenta. Todos se repasan a diario el ABC de la casa, y ponen verde al gobierno rojo, menos el día que cobran la pensión.
A su manera -enciclopédica popular- el viejo del bastón me lleva casi con la lengua fuera hasta la avenida de la Democracia, esquina de Santa Ana, y me refiere sobre los que por allí desfilan un día sí y otro también: ¿Sabe esta gente, de dónde vienen, de quiénes son? Lo saben bien y se les nota de golpe en vísperas del 18 de julio.
Tras un mes de concentraciones semanales en el Centro de Salud de Carmona, médicos y usuarios recorrerán mañana las calles de la ciudad para exigir solución ante el déficit de facultativos en la Atención Primaria, Pediatría y Urgencias. Ayer una caravana de vehículos anunció la movilización y convocó al vecindario.
La sala de exposiciones de los Bajos del Ayuntamiento recoge en estos días una muestra artesanal de pasos en miniatura realizados por Antonio Suárez "Ventura". Un total de treinta seis piezas dejan constancia de una afición de reminiscencia infantil con la que ofrece una visión suigéneris de la Semana Santa.
Finalizadas las obras de restauración en dos retablos de la iglesia prioral de Santa María, los protagonistas del proyecto: la parroquia, la Universidad de Sevilla, a través de docentes y alumnos, hacen un balance muy positivo del proyecto auspiciado por la Pastoral de Patrimonio de Santa María y San Bartolomé.
La actriz Ana Ropa, graduada en Interpretación en el Instituto del Teatro de Sevilla y licenciada en Comunicación Audiovisual, que dirige un curso en los Cursos de Verano de la UPO en Carmona sobre aprender a hablar en público, asegura que las emociones son fundamentales a la hora de transmitir un discurso
Escribe tu comentario